Tras nueve intensas jornadas, Guanajuato concluyó con éxito su participación en la 38ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara, dejando una huella imborrable en el panorama literario nacional. El pabellón guanajuatense, diseñado para recrear la majestuosidad del interior del Teatro Juárez, fue el punto de encuentro para amantes de la literatura, recibiendo a más de 42 mil visitantes y exhibiendo una destacada selección de 600 títulos.
Coordinado por la Secretaría de Cultura y Ediciones La Rana, este espacio no solo celebró la riqueza literaria del estado, sino que también ofreció una plataforma para la interacción entre 60 autores y especialistas. El programa incluyó 40 presentaciones editoriales que abarcaron géneros tan diversos como la narrativa, poesía, no ficción, literatura infantil, historia, arte y patrimonio cultural.
La mezcla de voces nóveles, como Ringo Yáñez y Alicia Mares, junto a referentes de las letras mexicanas como Adolfo Castañón y Alberto Ruy Sánchez, enriqueció el diálogo literario, destacando a Guanajuato como un bastión cultural en el país.
Letras, música y tradición en un solo espacio
El programa del pabellón guanajuatense estuvo lleno de momentos memorables. Entre las presentaciones más concurridas destacaron libros como “Saltimbanquis”, de Juan Manuel Ramírez Palomares, y “Arcoíris de artes y artistas”, de Adolfo Castañón. También brillaron textos ganadores de los Premios Nacionales de Literatura Guanajuato 2023, como “La burocracia celeste”, de Pedro J. Acuña, y “Nueva danza de los infieles”, de Jesús Ramón Ibarra.
La literatura infantil tuvo un lugar especial con obras como “Las trenzas de mi árbol”, de Bernardo Govea, que capturaron la atención de grandes y pequeños. Por otro lado, el libro “Relatos y leyendas de Atarjea”, de Néstor Vargas Rivas, fusionó tradición y música con una emotiva muestra de huapango y décimas campesinas.
El pabellón también fue el escenario para destacar publicaciones de instituciones y editoriales como el Museo Iconográfico del Quijote, la Universidad de Guanajuato, y sellos independientes como Mar de Nombres y Editorial Ocelote. Además, contó con la participación de editoriales nacionales como Santillana y Valparaíso.
La participación de Guanajuato en la FIL Guadalajara no solo resaltó la calidad de sus autores y editores, sino también su compromiso con la promoción de la cultura, consolidándose como un referente literario a nivel nacional.